Salud y República: de la segunda a la tercera
La Segunda República Española fue un enorme soplo de modernidad en el que existió un espíritu colectivo que, en relación a la Salud, hizo brotar una dirección socializante de la medicina cuya implantación dependía de voluntades avanzadas de políticos que vieron la ocasión de intentar cambiar el rumbo de un país poderosamente clasista. Se pudo ver que sus intenciones no eran utópicas y que se pusieron en marcha gracias a su honestidad y valentía. Creyeron en los valores, la justicia, la lealtad a los principios democráticos, pero sobre todo tuvieron voluntad de ponerlos en marcha. Aquéllas personas encabezadas por nombres como Marcelino Pascua, Gonzalo Rodríguez Lafora o Federica Montseny, trabajaron con esos objetivos en el poco tiempo que les dejaron; marcaron profundas señales que dibujaron el camino y revolucionaron la escasez de infraestructuras y la raquítica organización sanitaria anterior en un país de marcado clasismo entre clase trabajadora y élites poderosas que no dudaron, una y otra vez, en sacar del tablero todo lo que suponía justicia, libertad y derechos para todos.
Esta Mesa Redonda se circunscribe dentro de la campaña de la Marcha Republicana que tendrá lugar el próximo 16 de junio coincidiendo con el décimo aniversario de Felipe VI. Un evento preparado tras diez años de seguir abundando en las diferencias entre españoles; en la precariedad para los más vulnerables que avanza sin freno y sin vista de ser resuelta; en el desprecio a las personas que en definitiva son las verdaderas soberanas.Tratará sobre lo que supuso la Salud y Sanidad desde la convicción republicana que da un valor esencial a los Servicios Públicos comparándola con la deriva neoliberal antidemocrática que persigue la destrucción de los mismos.
Es fundamental entender que la forma de gestión de la Salud obedece ante todo a razones ideológicas; las de los que defienden la vida de las personas y sus derechos,
ideología de izquierda, frente a la de los que, aún siendo empleados públicos pagados por el pueblo soberano, atienden a razones de clasismo y materialismo capitalista sin escrúpulo alguno, ideología de la misma derecha de siempre que se concibe superior. La monarquía, por muy parlamentaria que se quiera denominar, emana efluvios de elitismo e injusticia que se consolidaron en una Constitución no participada con el pueblo; una Constitución dictada bajo el palio franquista. Diez años después de la coronación de Felipe VI, es hora de transformación constitucional y sobre todo de superación de un sistema que hace aguas por todas partes y que pretenden hacernos ver que es el único posible. El 16 de junio españolas y españoles soberanos darán voz colectiva a una necesidad de cambio que restituya los valores republicanos de progreso social para generar una verdadera esperanza a este futuro de cartón piedra que ahora soportamos.
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Fecha de expiración - 21-03-2024
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