El pecado original

Hay periodos históricos donde la sexualidad es más intensamente tratada y más abiertamente politizada. Conflictos sobre los valores sexuales y la conducta erótica adquieren un inmenso valor simbólico como campo para interpretar los tiempos posibles. Así, las disputas sobre la conducta sexual se convierten, a menudo, en instrumentos para desplazar las ansiedades sociales y descargar la intensidad emocional comitante en ellas,  dice Gayle Rubin. El momento actual parece uno de ellos. Un tiempo donde los discursos vinculados con la sexualidad y sus temáticas derivadas se han convertido en un territorio en disputa tanto para las derechas, y sus temibles alianzas con extremismos religiosos de todas las corrientes, como para algunas izquierdas y su proximidad con ciertas tendencias feministas o “mujeristas” -cómo diría bell hooks- que esencializan y polarizan de forma punitivia nuestra relación con el sexo. Muestra de ello sería tanto la centralidad que han tomado medidas para la abolición de la ‘Ley del aborto’ o la defensa de la ‘familia natural’, propuestas por PP y Vox, como la ley del ‘si es si’ del PSOE y Podemos. Es por ello que creemos que la sexualidad debe tratarse en épocas de enorme tensión;  y que por ello se hace pertinente el pensar sobre ella ahora.

La sexualidad en las sociedades occidentales ha sido estructurada dentro de un marco social estrechamente punitivo y se ha visto sujeta, de uno un otro modo, a enormes controles formales e informales. Pero hablar sexo hoy, no es sólo, hablar de una estructura que sujeta un orden de dominación patriarcal, un orden que se sostiene sobre una serie de rígidas estructuras normativas, dispositivos sociales, costumbre, creencias interiorizadas, temores inconscientes y armazones simbólicos. Es entender, también, el importante papel que juega la sexualidad para ordenar una determinada forma de reproducción de la vida vinculada a la reducción a la familia y los lazos de parentesco la responsabilidad última de la misma. Es decir, es, en definitiva, hablar de cómo se sostiene el orden capitalista existente.

A lo largo de este curso trataremos de comprender el papel que juega la sexualidad en el orden global existente, profundizaremos en algunos mecanismos subjetivos que operan como construcciones colectivas de dominación de género y trataremos de enfrentar, como dice Nuria Alabao, a un feminismo punitivo que potencia y multiplica las narrativas sobre el “terror sexual”. Un feminismo que van en detrimento de nuestra propia libertad y que suelen coincidir con posiciones que quieren prohibir y castigar la pornografía o la prostitución como si fuesen el origen de la violencia contra las mujeres. Frente a una representación de la sexualidad como un espacio de peligro, buscaremos proponer un feminismo disidente que promueva una sexualidad propia, como lugar de agencia, potencia y resistencia.

METODOLOGÍA

Este curso se compone de seis sesiones. Una primera sesión de introducción, que busca enmarcar la problemática que trataremos de desarrollar a lo largo del curso, cuatro sesiones donde se desarrollarán aspectos específicos donde la sexualidad juega un papel central como herramienta de dominación. Y una sesión de cierre que propone una lectura empoderante de nuestra sexualidad.

De forma general las sesiones durarán entre una hora y media y dos horas, con una exposición inicial a cargo de una persona ponente invitada y un espacio posterior de preguntas y debate. Los audios de la sesiones serán grabados para aquellas personas que no puedan seguir la sesión en directo. Las sesiones irán acompañadas de textos de referencia o bibliografía relacionada con la sesión.

TODA LA INFORMACIÓN E INSCRIPCIONES EN:

https://traficantes.net/nociones-comunes/el-pecado-original

HORARIO:

6 SESIONES
Del 30 de noviembre al 25 de enero de 2023
19:00