Durante los últimos meses, podríamos decir, que hemos asistido a la incorporación masiva de la Inteligencia Artificial (IA) en nuestras vidas. El desarrollo de herramientas de IA generativa como ChatGPT, han facilitado el acceso a estas tecnologías, a grandes estratos de la población. Y con ello, se han reabierto múltiples discusiones que, desde hace tiempo vienen desarrollándose, pero que en los últimos meses, han tenido una mayor repercusión. Muchas de ellas han tenido que ver con cómo el acelerado desarrollo tecnológico ha generado y está generando intensas transformaciones en la esfera productiva. En este sentido, puede que una de las preguntas más evidentes sea el preguntarnos si ¿vendrán la IA, los robots a tomarnos nuestro trabajos? Esta pregunta tiene poco de novedosa. Se la han formulado mucho antes otros trabajadores que vieron amenazados sus puestos laborales, y en no pocos casos desembocó en complejos movimientos que, con el ludismo como epítome, se plantearon el objetivo de rechazar y destruir a las nuevas maquinarias que se instalaban en las fábricas.
La versión más reciente del fenómeno ha sido abordada por muchos autores como la irrupción de la Industria 4.0, que considera la incorporación de sistemas ciberfísicos, plataformas digitales y algoritmos afinados con Inteligencia Artificial para automatizar una serie de tareas que, quizás por primera vez en la historia, exceden el ámbito del trabajo manual para abarcar funciones “cognitivas”, amenazando con la desaparición de un rango de empleos nunca antes visto. A partir de esa constatación, ha brotado una competencia de proyecciones que buscan dar cuenta del impacto que tendrán las nuevas tecnologías de aquí a un par de años o décadas. Promoviendo una idea bastante decantada que hemos llamado “la fantasía de la automatización”.
Muchos de estos mitos provienen de una lectura desconectada del contexto donde se produce la tecnología, y de la sociedad en la que estas tecnologías se implementan. Entendiendo que la solución va a ser siempre social y no tecnológica. Es por ello, en este curso intentaremos preguntarnos sobre el futuro del trabajo, cómo la IA afecta al desarrollo del trabajo, si futuro del trabajo significa menos trabajo o si ChatGPT eliminará menos empleos de los que creará y cómo lo sabremos.
Entendiendo que cualquier desarrollo tecnológico no es neutro, que importa cómo se ha construido, sus sesgos, preferencias, prejuicios, intereses y deseos procedentes tanto de formas concretas de interpretar la realidad, como de voluntades específicas de intervenir en ella. Entender la IA ahora es entender el papel que juega la IA en el neoliberalismo, en el capitalismo actualmente existente, en el individualismo. Entender sus repercusiones ambientales y sociales, el papel que juegan en las fronteras, en nuestros derechos presentes y futuros, en la forma que nos ofrecen de ver el mundo, pero sobre todo nos importa entenderlo para ver cómo organizamos social y sindicalmente en este futuro.
METODOLOGÍA
El curso se compone de siete sesiones que incluyen una sesión de presentación, una conferencia y las sesiones del curso, una de ellas doble. El curso se desarrolla en tres bloques una primera aproximación que pretende contextualizar la IA en el marco económico, histórico y social donde actualmente se está desarrollando. Un segundo bloque que aborda algunos de los principales conflictos o tensiones en los que se encuentra el desarrollo de la IA. Y finalmente una mesa redonda que busca aterrizar estas tecnologías y su implementación a través del capitalismo de plataforma. El curso comienza con una sesión inicial de presentación del curso, sus objetivos y contenidos principales, así como de presentación y diálogo de las personas participantes.
